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Clio, la obra ignorada de Botero

Por estos días el mundo entero y muy especialmente Colombia, despide al maestro Fernando Botero, quien el pasado 15 de septiembre falleció a sus 91 años. Botero fue un gran pintor y escultor, padre del movimiento figurativo del Boterismo, su gran sello estuvo basado en las figuras de volumen, o como coloquialmente se les conoce, los gordos de Botero.

A pesar de haberse radicado en Europa, especialmente Pietrasanta (Italia), parte de su familia, negocios y raíces, siempre estuvieron en Colombia; razón por la cual no dejaba pasar mucho tiempo sin visitar su tierra a la que tanto tributo le hizo en la mayoría de sus obras.

Sobre el maestro Botero, se desconoce su conexión con la industria automotriz, consideramos que esta no tuvo mayor relevancia en su vida, más allá de cubrir sus necesidades de movilidad. El último auto en el que se le vio movilizarse al maestro Botero, fue un sencillo Toyota Aygo de 2015, en el que regularmente recorría Pietrasanta. El Toyota Aygo, es un modelo del segmento A de la marca nipona, competencia en algunos mercados, de vehículos como el Renault kwid. Un segmento muy apetecido por aquellos que más allá del presupuesto, buscan un auto práctico, ágil, suficiente, y muy guiado hacia la compra racional. Por esto, no nos sorprende encontrar que el maestro llegó a Renault, para elegir su opción: práctica, ágil y suficiente, para su movilidad en Colombia.


Fernando Botero por Pietrasanta (Italia) en su Toyota Aygo


Corría el año 2015, cuando el mismo Fernando Botero visitó el concesionario Casa Británica en la ciudad de Medellín, para evaluar alguna opción de movilidad. Asumimos que esa necesidad era para él, pues además de verle en autos como el Toyota Aygo, es él, quien figura como titular en todo el trámite. Sin embargo, no nos extrañaría que fuese una compra para alguien de la familia, pues es bien sabida su gran generosidad. El auto que le interesó al maestro fue un sencillo Clio Authentique de 2007 de color blanco ártico, el cuál a la fecha de su partida seguía en su propiedad y mantiene su documentación en regla, razón por la cual asumimos que les ha resultado una gran decisión este auto. De aquel momento, el concesionario conserva con orgullo y cariño los documentos y fotos de su visita. Una orden de pedido de enero de 2015 y una factura del 3 de febrero del mismo año, que habla de un pago por $13.400.000. Esto acompañado de una foto donde se le ve al maestro Botero y personal del concesionario.

Para 2007, Clio adoptaba para todas sus versiones al famoso motor K4M 1.6L de 110Hp, característica que lo hizo ser catalogado como un vehículo de gran desempeño. Authentique, era la designación comercial más austera de la marca para ese entonces, era un auto que limitaba su equipamiento relevante a: vidrios eléctricos delanteros, aire acondicionado, una bolsa de aire y radio mp3. No sabemos si para considerarle, su conexión con Renault venía de años atrás, así como tambien consideramos la teoría de que no signifique algo más allá que una marca de autos fiable, reconocida y digna de tenerle. Pese a esto, para nosotros los entusiastas de la marca, es un gusto ver como este gran artista representante de Colombia y del arte, se movilizaba por el país en un sencillo pero funcional y vigente Clio Authentique de 2007. Tal y como lo hacemos, o lo hemos hecho, miles de connacionales.


Documentos del trámite de compra y fotografía del día de la entrega.


Desde Vasarely Magazine, y como colombianos que le representamos, enaltecemos su obra a la vez que lamentamos profundamente la pérdida para su familia, el país, el arte y la humanidad.



Por: Andrés Felipe Beltrán

Director Vasarely Magazine


 
 
 

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